Asunción Nochixtlán, 04 Noviembre 2024.- “El penitente” una tradición Nochixteca que lleva comida a los más necesitados en temporada de Todos Santos.
La tradición de acompañar al penitente, es un recorrido que hace un hombre vestido de negro con las manos atadas, recorre los 4 barrios de Nochixtlán, en busca de ofrenda, pues es un alma que no tienen familia y recursos, por eso deambula por las calles.
El penitente es una persona vestida con una túnica negra que cubre el cuerpo, el rostro cubierto por una capucha negra, que de acuerdo a la representación católica hace alusión a las almas que regresaban del mundo de los muertos para cumplir alguna manda.
En Nochixtlán esta costumbre toma vida en la época de Semana Santa, cuando van durante el viernes santo acompañando a Jesús en su recorrido con la cruz hasta su crucifixión, en la temporada de muertos este mismo personaje, el alma en pena recorre las calles el primero de noviembre para cumplir con su penitencia “pedir para los más necesitados”.
Christian Castellanos, quien representó la vida y muerte de Jesús en el 2024, detalló que lo primero que se hace en esta tradición es integrar la cuadrilla de 10 o más, se elige a un hombre joven y robusto a quien se viste con la túnica negra que lo cubre de la cabeza a los pies “el penitente y su cuadrilla inicia su recorrido casa por casa de su barrio recolectando frutas y comida que deposita en su canasto que lleva en la espalda, al final del recorrido la mayor parte de las ofrendas recogidas se las entregaban a los hombres y mujeres que se encontraban en la cárcel de la población, al retirar la cárcel de este municipio, lo recolectado es entregado a la población más vulnerable”, este año fue para el asilo de ancianos.
Lo que caracteriza al penitente es su túnica, su canasto de carrizo, la cuerda amarrada a su cintura y su campanita, que va tocando durante todo el recorrido.
El penitente sale desde la iglesia y recorre las calles con su cuadrilla, quienes son los que ayudan a cargar lo que le han dado en los hogares, con el grito “ya llegamos por la ofrenda”, seguido del sonido de una campana, entonces, los caseros salen con su ofrenda, anteriormente salían para evitar que la cuadrilla del penitente marcara su vivienda con una calavera con ceniza, que significaba que es ese hogar no dieron ofrenda al penitente, actualmente es para revivir esta tradición lugareña.
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