NOTICIAS VOZ E IMAGEN DE OAXACA La impotencia de Diana se vuelve inmensa al saber que el abusador sexual de su hijo, quien tenía cuatro años de edad cuando fue agredido, pudiera quedar libre. Para ella han sido tres largos años en donde la justicia se muestra lejana. “Lo único que pido es que el delito se castigue, que no lo dejen en libertad” expresa con el coraje contenido ante un hecho que dejó secuelas psicológicas profundas. Diana acudía diariamente a la casa de Jaime Eduardo C. G., ya que ayudaba en el cuidado de la madre de éste, una mujer adulta mayor. “Él vivía en esa casa con su pareja, su mamá y papá. Jamás pasó por mi mente que le fuera a hacer algo así a mi hijo cuando subía a jugar con él”. El imputado, Jaime Eduardo C. G. actualmente de 37 años de edad, tenía toda la confianza del niño por un lazo consanguíneo. Haciendo uso de sus conocimientos como psicólogo logró evitar que la víctima hablara. Fue a través de su comportamiento en el juego como su familia detectó lo o