Corría el año de 1916, la Revolución había traído a la población extrema pobreza y la gente vivía con recursos financieros muy precarios; la desolación era evidente en la región mixteca; relató el Santiago Barragán Zamora, Cronista Municipal. Como ejemplo de eso refirió que en el archivo del registro civil de Tonalá, Oaxaca, el maestro Ramón Ríos Solano encontró un libro de defunciones de 1915-1916, y en él algunas actas dan testimonio de la hambruna que azolaba a la región. Ahí, dijo, se refiere que José Arias de sesenta y dos años, casado con Tranquilina Hernández, hijo de Manuel Arias y María González, murió de inanición. José Herrera de sesenta años de edad, falleció de “dolor de hambre”. Pedro Carrasco, de cincuenta años, esposo de Jesusa Chávez, murió por no comer, en el corredor de Mariano Ríos, situado al oriente de la sala municipal. Genaro Guzmán, de cuarenta años, esposo de María Romero, también pereció de inanición. Y el tifo, vino a “enrarecer aún más este panorama, de po