La tradición
de levantar la ofrenda de muertos se desarrolla el 3 de noviembre y es una de
las actividades que viven los pueblos de
la Mixteca.
Eufracia
López, originaria de San Miguel Tulancingo, especificó que los altares se
levantan hasta que las luces de las velas se consumen, indicando que las ánimas
han retornado al inframundo, por lo que las campanas dejan de tocar y es el momento
de repartir el mole, la fruta, las bebidas y el pan entre los vivos.
Dijo que
esta actividad comienza desde la tarde del 2 y termina el 3 de noviembre, cuando los
adultos, jóvenes y niños pasan casa por casa para pedir lo que sobro de la ofrenda,
por lo que esta es una costumbre propia de la región Mixteca.
Sarahú Peñaloza,
habitante de Santiago Huajolotitlán, refirió que la levantada de la ofenda se
realiza el 3 de noviembre y es una tradición que muy pocos pueblos realizan, en
esta comunidad el único requisito es portar un canasto de carrizo que se usa en
la pisca del maíz, por lo que se recorren las casas y se pide la voluntad de
las personas.
Aseguró
que esta costumbre data de hace más de 100 años, por lo que es muy bonito
reunirse y poder junta lo que la población coloca en las ofrendadas para los difuntos.
Especificó
que esta acción se retomó este 2021, porque en el 2020 tuvo que ser suspendida debida
a la pandemia de la COVDI19, sin embargo, los participantes salieron con su cubrebocas, manteniendo la sana distancia
y el uso del gel antibacterial.
Añadió
que estas costumbres sólo deben de adaptarse a los tiempos que se viven, pues,
el virus no será eliminado pero las tradiciones deben de persistir.
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