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La impotencia de Diana se vuelve inmensa al saber que el abusador sexual de su hijo, quien tenía cuatro años de edad cuando fue agredido, pudiera quedar libre. Para ella han sido tres largos años en donde la justicia se muestra lejana.
“Lo único que pido es que el delito se castigue, que no lo dejen en libertad” expresa con el coraje contenido ante un hecho que dejó secuelas psicológicas profundas.
Diana acudía diariamente a la casa de Jaime Eduardo C. G., ya que ayudaba en el cuidado de la madre de éste, una mujer adulta mayor. “Él vivía en esa casa con su pareja, su mamá y papá. Jamás pasó por mi mente que le fuera a hacer algo así a mi hijo cuando subía a jugar con él”.
El imputado, Jaime Eduardo C. G. actualmente de 37 años de edad, tenía toda la confianza del niño por un lazo consanguíneo. Haciendo uso de sus conocimientos como psicólogo logró evitar que la víctima hablara. Fue a través de su comportamiento en el juego como su familia detectó lo ocurrido.
La denuncia fue interpuesta en octubre de 2018 en las instalaciones de la Fiscalía ubicadas en Armenta y López, pero apenas en marzo de este año el imputado fue detenido. Tras considerar que existían los elementos suficientes, la jueza determinó vincular a proceso y que fuera enfrentado dentro de la cárcel ya que había intentado escaparse.
“Han sido tres largos años en los que he tenido que estar detrás, detrás, detrás de las autoridades y sentir que me ponían trabas porque fueron casi tres años para que otorgaran la orden de aprehensión, y ahora saber que existe la posibilidad de que lo dejen libre, es indignante”.
Además del largo proceso, el menor de edad se enfrentó a la revictimización pues en distintas ocasiones le pidieron que declarara con lujo de detalle incluso hasta la hora en la que ocurrió el delito. Ahora también se enfrentan al favoritismo hacia el acusado quien cuenta con cuatro abogados de oficio para su defensa.
“Hay veces que no puedo dormir en estar pensando. Me siento sola en este proceso. Los abogados de esta persona argumentan que se violó el debido proceso y con el amparo buscan que se deje en libertad, si eso ocurre él se va a escapar”.
Diana teme también por su vida y la de su hijo pues ya ha sido amenazada. A la par enfrenta el dolor de las graves secuelas que dejó el abuso sexual infantil.
En octubre del año pasado, el Congreso de Oaxaca aprobó modificar al Código Penal local para sancionar hasta con 15 años de cárcel a quien cometa el delito de abuso sexual infantil. Hasta antes de las modificaciones al artículo 241 del Código Penal, las penas eran de 7 a 12 años.
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