Los templos religiosos anteriores a 1900, además de ser bienes nacionales, son monumentos históricos, en consecuencia, el Instituto Nacional de Antropología e Historia interviene en su protección y conservación, que es lo que sucedió con la Catedral de Huajuapan, que fue restaurada de los daños ocasionados por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Así lo explicó el Presbítero José Estrada Reyes, quien detalló que, a raíz de la Reforma Constitucional de 1992, los templos religiosos fueron clasificados en tres categorías: los posteriores a 1992 como propiedad de las asociaciones religiosas; los de 1992 a 1900 que son considerados bienes federales, por ejemplo, el templo parroquial de Guadalupe; y la tercera categoría que son los anteriores a 1900, dijo.
Refirió que la rehabilitación de la Catedral de Huajuapan fue un proceso prolongado de gestiones y de meticulosa restauración en la que hubo necesidad de traer material pétreo del municipio de Teposcolula y desde el Istmo de Tehuantepec.
“Este esfuerzo se realizó para que la catedral estuviese como originalmente estaba, considerando las molduras y elementos originales. El criterio fundamental que estableció el INAH es que sólo se trabajó lo que resultó dañado por el terremoto”, explicó.
En este contexto compartió que el día cuatro de septiembre finalmente se hizo entrega de manera formal de los trabajos de restauración por parte de las autoridades del INAH, estando presentes también funcionarios federales, estatales y municipales.
Estrada Reyes refirió que este lunes 14 de septiembre se reabrió la Catedral con una celebración eucarística que se realizó a las 12 del día, en donde con las debidas medidas sanitarias participaron los sacerdotes.
Por la tarde, dijo, a las siete, se celebrará la primera misa en donde podrán asistir los ciudadanos atendiendo un aforo que permita las condiciones de seguridad de sana distancia, además de que se aplicarán los protocolos sanitarios como lo es gel desinfectante, el uso de cubre bocas y evitar tener contacto entre personas.
Por otra parte, un texto de Ramón Medina Legaria indica que aunque con exactitud no se sabe cuándo empezó a construirse lo que hoy es la Catedral, existen referencias señalando que a finales del siglo XVI había una capilla de tamaño regular con caballete, techo de palma de dos aguas y una puerta frontal que daba al Poniente con dos columnas a los lados, en donde celebraba la Dominica un sacerdote.
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