Alejandro Oscar
González Esteves, creador de piñatas del municipio de Santiago Cacaloxtepec,
dijo que la época decembrina aumenta el
consumo de piñatas navideñas, sin embargo, este es un mercado que da de comer a
muchas familias en la región Mixteca.
González Esteves, mencionó que ellos mantienen un taller de
piñatas, alebrijes y esculturas de
cartón y periódico en el municipio de Cacaloxtepec, lo que ha permitido que
muchas familias se puedan emplear y que es la época decembrina cuando más
consumo de la piñata navideña hay.
Refirió que todo el año
las personas solicitan las piñatas, pues, se realizan fiestas y la mayoría de
ellas están acompañadas de estas
figuras, en donde los niños cantan y con un palo de escoba rompen los diseños
de estas mismas.
Indicó que “como
hacemos piñatas para fiestas infantiles es todo el año y hay mucho trabajo,
ahorita en el taller estamos 4 personas trabajando habitualmente somos 6 pero
por algunas cuestiones se ausentaron dos, sin embargo, hemos ayudado a que
muchas personas lleven el sustento a su hogares a través de esta actividad que
también es considerado como una obra de arte por lo que implica”.
Manifestó que para
poder mantenerse vigentes en este arte, se han estado capacitando de manera constante
y eso les ha permitido ganar fama y popularidad entre las personas, de esta
manera es que invitó a toda la población a visitar el taller que se ubica a
escasos 20 minutos de la Ciudad de Huajuapan.
Asimismo refirió que actualmente
no solamente hacen piñatas, si no
también desarrollan matachines,
esculturas, figura en tercera dimensión, alebrijes, todo lo que se requiere y
que han salido del país , pues, artesanos de Cacaloxtepec han tomado fama internacional.
Aseguró que los precios
de la piñatas son muy variados los hay desde los 50 pesos, hasta los 200 pesos,
dependiendo el diseño, sin embargo , aclaró que este un arte muy poco valorado.
Fuentes históricas mencionan
que los pueblos prehispánicos ya tenían una tradición similar. Para celebrar el
cumpleaños del dios azteca de la guerra, Huitzilopochtli, los sacerdotes mexicas colocaban una
olla de barro en un poste de su templo a finales de año.