A
pesar de que en septiembre del 2017 se firmaría por segunda vez el pacto de paz
y de concordia entre las autoridades y dirigentes de la región Triqui, las comunidades que
integran esta demarcación en la región siguen a la espera pues este pacto no se
dio durante este 2018 y ahora esperan
que este 2019 se pueda firmar.
Fabián
Pereda Pereda , represéntate de la Unidad de Bienestar de la Región Triqui
(UBISORT), recalcó que desde que se firmó el pacto de paz y de concordia en el
2012 este no se ha vuelto a renovar y la
violencia se ha hecho presente en algunas zonas de la región como es
Juxtlahuaca y Putla Villa de Guerrero.
“Más
que una exigencia fue una invitación la que se le hizo al actual gobierno del
estado de Oaxaca para poder retomar el pacto de paz y de concordia firmado en
el 2012, el cual se firmó con el anterior gobierno, el objetivo que persigue
este pacto es que la pacificación de las comunidades siga y que no existan
brotes de violencia”, añadió.
Especificó
que la pacificación de la zona se deben a las pláticas que han tenido las
dirigencias que tienen presencia en la zona , pero esto debe de tener un
sustento legal, por lo que debe de hacerse bajo los mecanismos que la ley
marca, es por eso que se ha invitado en varias ocasiones al gobierno del estado
y gobierno federal, sin embargo estos siempre se han mostrado omisos de dicha
situación.
Recalcó
el primer punto sobre la mesa es que este proyecto se retome en el 2019 , ya
que las organizaciones han dado muestra de buena voluntad para que se firme
este pacto de paz, ya que se tienen datos sobre la presencia de personas que
buscan desestabilizar la paz de la región.
Comentó
que actualmente las condiciones de la región Triqui son pésimas, porque los
caminos siguen destruidos a pesar de que ya paso la época de lluvias, pues no
existe un compromiso real de las autoridades de poder atender las demandas de
las comunidades indígenas.
Explicó
que son más de 9 localidades donde la
gente muere porque no hay un hospital , porque se quedan sin comer y porque los
niños no pueden ir a la escuelas, ya que los caminos son intransitables.
Señaló
que muchas veces las mujeres, enfermos y demás son cargados en camillas
improvisadas hasta por siete horas, pero si los caminos estuvieran en buenas
condiciones en dos horas llegarían a un centro de salud para poder ser
atendidos, pero actualmente es otra la realidad que viven.